CRÓNICA DE LA PRIMERA QUEDADA PAJILLERA (22/01/2015)

LO PROMETIDO ES DEUDA, ASÍ QUE AQUÍ OS DEJO LA CRÓNICA DE LA PRIMERA QUEDADA:

Todo surgió a partir de un mensaje de uno de los chicos del grupo de Facebook: proponía hacer una quedada en su casa esa misma tarde. En principio, la idea sonaba genial, pues de eso se trata, pero contábamos con un factor en contra, que era el escaso tiempo del que disponíamos para contactar con la gente. Finalmente, gracias al post que colgué en FB y a algún contacto que hizo el chaval, conseguimos reunirnos 4 tíos, con edades comprendidas entre 28 y 38 años.

A la hora establecida, me presenté en su casa y fui rompiendo el hielo con el anfitrión, un tio joven, majo y sanote. Fuimos preparando el salón para la sesión pajillera y eligiendo el porno que veríamos, finalmente una peli sobre orgías bisexuales. Poco después apareció el tercer tío, de unos treinta y pico, majete, grandote y alto. El chaval venía con algo de prisa, así que sin más dilación nos pusimos al tema. Pusimos la película y a los diez segundos ya estábamos los tres con los pantalones bajados, de pie, delante del sófá, y con tres empalmazos de escándalo. El resto, fue fácil: bajada de gayumbos y venga a darle a nuestras pollas (traíamos un calentón tremendo los tres, que ya estábamos empalmados desde hacía un buen rato). Comenzamos de pie los tres, delante del sofá y sobándonos panchamente las pollas (cada uno la suya) con dierente ritmo. De vez en cuando, hacíamos algún comentario de cómo iba la cosa y nos mirábamos con el morbo de ser para algunos la primera vez que compartían un pajote con otros tíos. Cuando estábamos en plena faena, llegó el cuarto tío, al cual ya habíamos avisado que empezaríamos sin él por ir un poco justos de tiempo. Entró al salón y allí nos presentamos saludándolo en bolas y con nuestros rabos durísimos. El recién llegado, de 29 años, no dudó ni un segundo para despojarse de su ropa y unirse, también con su rabo tieso, a aquella celebración de placer entre machos.  Uno de ellos, con la polla circuncidada, sentía curiosidad por tocar un rabo con pellejo, y no le faltaron voluntarios… fui el momento de cruzar las pajas, agarrando cada uno el rabo del que estaba sentado a su lado en el sofá. La sensación de las pajas cruzadas es indescriptible. Y ver a otro tío gozando y dándote placer a ti, es genial.  Nos fuimos cambiando de sitio para seguir dándonos placer unos a otros, y también alguno se atrevió a chupar el rabo dos de nosotros, uno de los cuales es hetero y nunca había tenido su polla metida en la boca de otro tío. También ensalivábamos nuestras manos para frotar con ellas las pollas descapulladas de los colegas, con movimientos lentos, lo que nos iba provocando un placer increíble. La peli era muy buena y en ella se veía a un grupo de tíos y tías jóvenes en plena orgía bisexual, con lo que podéis imaginaros que se veían cosas para todos los gustos.

El anfitrión, que era el más joven de los cuatro, fue el primero en correrse, avisándonos un poco antes de que ya estaba a punto. En ese momento, nos centramos todos en él, para no perdernos el momento de verlo expulsar su leche a través de su rabo circuncidado.  Parte de su corrida fue a la cara del chaval de 29, y el resto lo expulsó sobre su pecho.  La excitación fue subiendo y le tocó el turno de lefa al mayor de todos, un tío grandote y morboso de treinta y pico, con una buena herramienta. El chaval de 29, empezó a masturbarle cuando nos avisó de que estaba a punto de correrse y el tío, mientras dejó su polla en manos del chaval que le estaba haciendo un buen pajote, hacía lo propio con la mía. Entre algún gemido, soltó una enorme lefada que nos alegró la vista a los colegas.  Tras esta segunda corrida, paramos un ratillo, puesto que el recién descargado tenía algo de prisa por irse, porque había quedado.

Tras el inciso, me tocó el turno a mí. Me senté de nuevo en el sofá, en bolas y con las piernas bien abiertas y dejé mi rabo, tieso como una viga, en las manos y en el buen hacer pajillero  del chaval de 29, el cual me masturbaba con ganas ante la mirada del otro colega. Por supuesto, también hubo momentos de sobarnos los huevos. Mi placer fue en aumento y me llegó la hora de descargar, no sin antes dejar al chaval de 29 que disfrutase chupándome mi glande palpitante por la excitación. Tras ello, y avisando a los compañeros de mi inminente corrida, empecé a soltar lefa por mi herramienta. El orgasmo fue muy intenso y duradero  y la leche salpicaba por todas partes en las sucesivas descargas. Tras esto, el chaval de 29 no quiso correrse porque tenía también algo de prisa y ya llevábamos una hora de pajote, así que dimos por concluida la sesión mientras nos limpiábamos las corridas y hablábamos sobre la cantidad y variedad de pollas y lefadas, y sobre las características de nuestro semen. Me quedé recogiendo con el anfitrión y charlando un buen rato, y nos despedimos con la intención de que había que repetir.

Y hasta aquí, la crónica de la PRIMERA QUEDADA PAJILLERA que se organiza a través del blog y de Facebook en Gijón, y que espero que sea la primera ocasión entre muchas para juntarnos un grupo de machos a disfrutar de este amigo que tenemos todos entre las piernas y que tanto placer nos sabe dar, compartiendo nuestro momento pajillero con otros tíos en un ambiente de buen rollo y complicidad. ¡Qué coño, somos paisanos! ¿no? ¡pues a gozar de ello! Así que espero que os animéis a participar.

¡Un saludo y buenas pajas!